Besé al mar enardecido
con recuerdos de vagos trazos
y colores delirantes.
Me arrastró hasta el abismo
revolcándome entre olas;
el sabor apaciguó la locura.
Eterno presente bajo su sombra;
tentaciones de una cueva.
Luz de una Lesbos demente.
No poseo sol, y la luna me huye.
Posáronse sobre mí nubes de solemnidad
cuyas gotas cayeron cual golpe de bastón robusto
Cobijé cada sueño:
cuadro de una realidad
que pinté mientras moría.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario