sábado, 26 de septiembre de 2009

De sombras y otras rarezas

Abismal presencia pálida...
Maldito delirio apocalíptico.
Me sigue, la sigo ¡o nos seguimos!
Oh, alucinación inmortal. Cuán agotadora...

¿Debería temerle? Tal vez sólo acariciarla
Hacerla mía y no yo suya...
¿Debería huir? Tal vez acercarla
hasta sentirla latiendo...

¿si la acerco y la acaricio
me amará tanto que me dejará libre?
pero si huyo, ¿me perseguirá?
¿Se cansará o seguirá sin pausa alguna?

Adicción mía, suya, de ambas
Al oírme se eriza, al oírla tiemblo..
¿Acaso puedes verlas bailar por ti?
Me quedaré tan cerca que no podrás sentirme, amor.

Luna envolvente...
Alucinación acogedora y asfixiante.
Muéstrame la luz que cega,
y baña mi pecho de acido anhelo .

¡Vana alucinación, vil ilusión!
Sombra bajo la cual yace mi alma
pletórica de emociones beligerantes y sutiles.

¡Sombra, ambrosía!
Que al roce quema y al oído muerte suspira...
Fiel locura que me postra a sus pies cada nuevo crepúsculo
consumiéndome en delirios de grandeza.

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