jueves, 3 de diciembre de 2009

Oda al amor: parte I (desgarro)

La sombra del viento baila
al canto de la luna llena.
Lobos juegan con su reflejo
y pecadores claman redención.


Van sin rumbo, danzando;
es su último carnaval.
Entre gemidos el silencio nace:
devorador de esperanza.

Lo que una vez fue fe
ahora no es más que urna
del invierno que no quiso
ser más que solo recuerdo…


Cuervos persiguen
a aquel cuyo destino
es teñido por la noche.
Fue su último carnaval…

2 comentarios:

Luis Antonio Bedoya dijo...

Hermosa semblanza del tiempo detenido. Me recuerda un verso de Lorca:

"Y la noche le ha comprado
cuadros a la muerte"

Luis Antonio Bedoya dijo...

Perdona el lugar, querida mía!!! Sobre tu comentario de la otra mejilla... En el amor cristiano, sólo allí, en toda la doctrina, es donde se nos absuelve de ese acto de sacrificio: allí somos nosotros los que pegamos. Un abrazo!!!